El gigante tecnológico chino, Tencent, se ha visto obligado a cerrar una de las dos plataformas NFT que abrió a principios de 2022 con motivo de la restrictiva regulación estatal.

La legislación china prohíbe la reventa de estos criptoactivos en transacciones privadas, lo que hacía que los compradores no pudieran obtener beneficios. Esto desincentivó la compra de los NFTs de Tencent e hizo que no fuera rentable mantener abierta una de sus plataformas, la cual acabaría cerrando a principios de julio. La otra, a su vez, lucha por mantenerse a flote.

Además, la empresa ha eliminado de su aplicación “Tencent News” la sección en la que se trataban temas relacionados con los tokens no fungibles y coleccionables digitales.

Ya vimos un caso muy parecido con WeChat y Alibaba, compañías chinas que cerraban sus plataformas NFT por miedo a posibles sanciones del gobierno. Esto nos lleva a una gran pregunta: si bien la blockchain no puede ser eliminada, ¿las regulaciones de los países pueden hacer que los ciudadanos y empresas no se atrevan a usarla? Lo que empezamos a ver parece indicar que sí.